Personal amable, buena comida, instalaciones limpias, piscina refrescante, ambiente agradable. Todo fue perfecto.

Comedor espacioso y luminoso, personal amable y eficiente, cerveza de bienvenida, áreas al aire libre, piscina, cortesía continua.

Todo fue perfecto.

Amplio y luminoso comedor con personal amable y eficiente. Cerveza de bienvenida después de una caminata larga. Espacios al aire libre con piscina en zona ajardinada. Muestras de cortesía durante la estancia. Habitaciones con múltiples literas y detalles como pequeña luz y menú vegetariano.

Me encantó este albergue en todo sentido. Las instalaciones eran impecables y tenían todas las comodidades que necesitaba. Además, el personal fue extremadamente amable y estuvo atento a todas mis necesidades. La ubicación también fue perfecta, cerca de todo lo que necesité durante mi estancia en esta ciudad. El desayuno fue delicioso y el hotel contaba con excelentes instalaciones como piscina y aparcamiento. Sin duda, recomendaría este albergue a cualquier peregrino que visite esta ciudad.

De verdad no hay nada que no me haya gustado.

Nos alojamos en este lugar y nos encantó. La ubicación era perfecta, con un hermoso jardín para relajarse y tomar algo tranquilo. La habitación y el baño eran cómodos y limpios. El personal fue encantador y nos ofrecieron un desayuno delicioso. Además, tuvimos la suerte de dormir en una habitación solo para nosotros tres.

Una pequeña molestia fue la distancia al centro histórico.

Me encantó mi estancia en este fantástico lugar. Elegí Albergue de Peregrinos A Santiago por su piscina, algo inusual en los alojamientos del Camino. Además, tuve la suerte de ser ubicado en una habitación con una señora alemana de mediana edad, lo cual fue muy agradable. Las instalaciones son perfectas para los peregrinos, con dormitorios silenciosos y baños impecables. El restaurante ofrece platos de alta calidad y un trato cálido por parte del personal. También aprecié los pequeños detalles, como el zumo de bienvenida y la opción de menú vegetariano. ¡Recomiendo este fantástico lugar a todo peregrino!

Os recomiendo este fantástico lugar.

Sin duda el mejor albergue en que he estado. Habitación grande y sin sobrecargar de gente. Baños limpios y amplios. Un lujo tener una piscina en el albergue. El menú del peregrino al precio standard y con mucha más calidad que en muchos sitios. Comedor espacioso y luminoso. Personal amable y eficiente. Recepción con cerveza de bienvenida. Amplios espacios al aire libre y piscina en área enjardinada. Muestras de cortesía durante toda la estancia.

Recomiendo este lugar insistentemente.

Habitaciones espaciosas para 3 personas. Restaurante de calidad y opciones vegetarianas. Buena atención del personal. Baños impecables y cómodos. Piscina y áreas al aire libre amplias.

Habitación privada, trato excelente, menú vegetariano, piscina, instalaciones limpias.

No hay quejas.

El albergue cuenta con unas instalaciones impresionantes, incluyendo una piscina para relajarse después de un largo día de caminata. Las duchas son de las mejores que he visto en los albergues del Camino. Además, ofrecen habitaciones con diferentes precios y capacidades, desde habitaciones compartidas hasta habitaciones privadas. El personal es amable y siempre dispuesto a ayudar.

La variedad de los menús es escasa para aquellos huéspedes que no son peregrinos.

Sin duda el mejor albergue en que he estado. Precio económico. Habitación grande y sin sobrecargar de gente. Baños limpios y amplios. Una piscina en el albergue.

Nada que mencionar.

El personal encantador y atento, piscina refrescante, cena estupenda, instalaciones limpias, lugar seguro para guardar bicis.

Me sentí como en casa, no me puedo quejar.

La habitación de cuatro personas fue perfecta para nosotros, ya que éramos tres, y estuvimos solos los tres. El trato del restaurante fue exquisito y el detalle del zumo al principio fue muy apreciado. También fue genial tener una pequeña luz personal en cada cama.

También se escuchaban los ruidos del hotel de arriba, sobre todo cuando se duchaban o hablaban, después de las 23:30, cuando cerraban el albergue. Sin embargo, no se oían los ruidos de la ducha del albergue, que está al lado.